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V
Había siete pájaros
sobre la noche
luna de canciones olor a piel
música esparcida
en el cálido paisaje
San Antonio lugar del encuentro
calles empinadas patios
carcajadas carcomiendo el ambiente
Después tu piel recorrida lentamente
a cada célula
cuerpo colmado de gaviotas
el ardor visitando los rincones de la hora
acoplamiento de susurros
Noche de avenida sexta
dispuesta al parpadeo de las tabernas
cacería de pasos y siluetas
Noche de luna prolongada
cuerpo habitado de pájaros
más allá del grito
X
Asisto a la convocatoria de tu cuerpo
ángeles y demonios roja fisura
noche felina piel
Pasos y siglos antecedieron mi presencia
la tarde erecta abismo o poema
tu bello rostro ahí al alcance de la hora
Litros eternos de esperanza abrigaron mi bosque
cuajado de sueños pájaros grillos verde
y hojarasca
Criaturas asimiladas al viento trajeron tu mensaje
y fui una vez más el hombre
para que el cielo se preñara de asombro
y gritaran las nubes grises
el advenimiento del sol
XII
La loma está empinada
y en la cima de la noche
un pájaro espera tu camino
tu semilla tu regreso
Las plumas etéreas nada pudieron
contra las ganas infinitas de ese árbol
de colgarse de la luna, así no más,
como si la brisa de la tarde
no tuviera ya suficientes problemas
¿Acaso desde tu sitio
el ojo izquierdo no era la palabra?
La ciudad era desde allí
una inmensa luz como un incendio
aunque nosotros no atináramos a descubrir
el pan que se escondía detrás de las auroras
Ocurrieron entonces muchos siglos
antes que apareciera esa nube azul
y el pájaro negroverdeamariillo
cantara cada mañana
alegres tonadas bullangueras
XIII
Pero de todas formas la memoria
no tenía plumas
aunque tú juraras que era un pájaro
Los labriegos le dijeron al policía
que habían escuchado un gemido
como de brisa o viento
y que entonces supieron lo de la ventana abierta
y aquella mano tersa aprisionando el grito
Contaron además que la garganta
quedó allí a la intemperie
para que los viajantes
noctámbulos cuerpos venidos a menos
habitaran la palabra ininteligible
Nadie ni siquiera el relámpago
pudo iluminar esa parte del bosque
donde al decir de los testigos
había caído el cuerpo de la luna
desocupándose lenta pero inexorablemente
de pequeñas gotas de luces amarillas
Pero de todas formas la memoria
no tenía plumas
aunque tú juraras que era un pájaro
XIV
Le tomábamos fotografías
a la noche desnuda
paisaje azul verano
cuerpo esbelto moreno
senos redondos sonrisa
posaba para nosotros
a cambio de hacerle el amor
de recorrerla a sexo
hasta la aurora
Cuánto nos divertíamos los tres
Ella gemía cantos orientales
tú resbalabas por mi piel
entrelazada
serpiente gato
frágil libélula atrapada
en mi poema
más allá del sol
XVI
Planté un árbol para que hicieran nido
los pájaros del verano
jugara el viento
el cielo amaneciera sonriente
la luna le guiñara el ojo a la semilla
a la flor a la hoja
Planté un árbol que no creciera tanto
pero que fuera grande como tú
el verde se mezclara con el azul
se retratara en el lago
se reflejara tu rostro
que la sombra no te alcanzara
que tú corrieras por el campo desnudos los pies
/ y la noche
que los pájaros trinaran aquellas canciones
/ de aurora
se alargara tu mirada al horizonte rojo
anidaran los pájaros del verano
se escuchara tu voz la carcajada
y las estrellas soñaran
después del sol y la lluvia
Planté un árbol para ti y creció un bosque
XVIII
Puebla la noche la brisa de tu cuerpo
olor a piel incrustado en la palabra
Vengo a decirte mi silencio
grito interior convertido en llanto
Imagen tuya que habita la memoria
Calor en este frío
locura en este cuerdo sobrio paisaje
/ de azules
Puebla la noche la brisa de tu cuerpo
hora detenida
ausencia pintada de gris
grito íntimo convocando tu nombre
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